jueves, 6 de junio de 2013

Oviedo, escandalera y mucha sidra


 
La capital de Asturias es un lugar ideal para realizar una escapada de fin de semana. Oviedo encierra en sus calles todo el atractivo de una ciudad con historia y todo el ambiente de una urbe populosa y muy activa. El plan de peatonalizar las principales calles del casco antiguo dio sus frutos y hoy en día, el visitante puede pasear por las rutas adyacentes a la archiconocida calle Uría para pulsar el ambiente de una ciudad que, en estos tiempos, ha hecho una apuesta por captar parte del turismo que visita anualmente las tierras asturianas.
Con 220.000 habitantes, se da la circunstancia de que la capital del Principado no es la más populosa -honor que le corresponde a Gijón-, y además, de los tres grandes centros de población asturianos -Avilés es el corazón de la industria asturiana- es el único que no tiene salida al mar. Pero Oviedo guarda otras armas para seducir al visitante. Al pie del Monte Naranco, la ciudad se asienta sobre una colina a 232 metros de altitud, aunque el centro no cuenta con grandes desniveles para poder pasear con comodidad.
Para hablar del centro habría que referirse al sector que comprende el casco antiguo, la plaza de la Escandalera y la calle Uría hasta la estación del ferrocarril, con las calles Campoamor y Nueve de Mayo por el otro extremo. Es el corazón de Oviedo, donde late la vida de la ciudad, aunque hay otros atractivos que no conviene desdeñar.
  
Recorrido cultural y gastronómico
Si hacemos una visita de fin de semana, nos podemos plantear dos tipos de recorridos, uno cultural y otro grastronómico, que por supuesto son complementarios. El primero de ellos nos llevaría desde los orígenes de la ciudad hasta el punto más vanguardista de ella, desde Santa María del Naranco al nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones, obra de Calatrava. La iglesia, situada a cuatro kilómetros de Oviedo, sobre la ladera sur del Monte Naranco, fue en su origen el Aula Regia del conjunto palacial que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de la capital del reino de Asturias, y que se terminó en el año 842. Pasa por ser uno de los mejores ejemplos del perrománico, declarado Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
El casco antiguo de la ciudad también merece la pena ser recorrido. En el centro, la actual catedral de San Salvador de Oviedo es, sin duda, la obra más destacada del gótico asturiano. Junto a la plaza de la catedral se encuentra la plaza Porlier, y un poco más allá la de la Constitución, con el Ayuntamiento, y la plaza del Fontán, donde se encuentra ubicado el Mercado de Abastos.
Cerca de allí se encuentra la plaza de la Escandalera, el núcleo central de la vida ovetense que conecta con el eje comercial de la Calle Uría y desde donde se puede observar el Teatro Campoamor, conocido por la entrega de los premios Príncipe de Asturias, el campo San Francisco y el edificio de la Junta General del Principado de Asturias.
El Palacio de Congresos, situado en los terrenos del viejo Carlos Tartiere, el antiguo campo de fútbol, luce espectacular entre casas. Quizá demasiado, dado el contraste que supone un edificio vanguardista, blanco y de semejantes dimensiones en mitad de la ciudad. Diseñado por Santiago Calatrava, se finalizó en 2011, después de casi ocho años desde el inicio de los trabajos.
A nivel gastronónico, podemos optar por la ‘ruta de las sidrerías’ o por la ‘ruta del vino’. Las primeras se encuentran muy cerca de la catedral, en la calle Gascona. Y aquel que quiera comer o cenar tendrá que ir con tiempo, y si es posible, reservar con antelación. La otra ruta es más moderna, después de que los hosteleros de la zona dieran impulso en 2007. El paseo discurre por las calles peatonales de Campoamor y Manuel Pedregal, repleto de vinotecas con sus correspondientes terrazas.
Y si a alguien le queda tiempo para realizar más visitas, no hay que olvidar que desde Oviedo se llega en un momento a algunos de los lugares más destacados de Asturias. La Y (A-66) conecta con Avilés y Gijón, mientras que la N-634, convertida en autovía, ha permitido un gran avance en las conexiones del Principado.
Enviado desde oviedo.

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