jueves, 4 de julio de 2013

Algas y hormigas encabezan la interacción avanzada

Deaf drop de Gerda Antanaityte

“Para mí el concepto de interacción avanzada no se refiere al tipo de tecnología ni a la búsqueda del recurso más sofisticado, si no al uso inteligente, imprevisto e innovadorque se da a determinados tipos de tecnologías, consiguiendo adaptarlas para el bien de alguna comunidad”. 

Lo afirma Carlos Gómez, director con Xavi González del nuevo
 Master en Interacción Avanzada del Institute for Advanced Architecture of Catalonia. Con este curso el IAAC amplía su radio de acción, sin perder de vista las peculiaridades que han convertido este reducto cosmopolita en el Poble Nou barcelonés, donde la lengua franca es el inglés, en el objeto del deseo de estudiantes de medio mundo. 

Aun no es célebre como el Máster de Arquitectura, que tiene listas de espera kilométricas, pero todo se andará. Los prototipos que salen de sus aulas tienen calidad de obras y enormes potencialidades, por ello algunos de los proyectos de la primera edición se han mostrado en la sección expositiva del festival Sonar.


“El Máster en Interacción Avanzada del IAAC es un programa internacional basado en la exploración de los usos creativos de la tecnología con fines de experimentación y práctica. Nuestro aprendizaje integra métodos basados en el diseño, la programación y las ciencias sociales, para crear los productos que definirán los límites de lo que es posible hacer con imaginación y tecnología hoy en día”, aprovechar los inputs que ofrece la naturaleza y combinar una aproximación poética con una tecnología eficaz y estable, pese a su hibridación orgánica. 



Detalle de "Trailblazer", un complemento textil interactivo de Rafael Vargas.

Entre sus propuestas se encuentra un complemento textil interactivo, que indica al usuario la dirección que debe tomar y puede ser utilizados tanto por alguien haciendo jogging en una ciudad desconocida, como por personas mayores que pueden tenerproblemas de ubicación.

“Además de estas obras, en Sonar expusimos piezas realizadas en talleres sobre fabricación digital y sonido, y algunos de los alumnos del centro estuvieron trabajando in situ en sus proyectos finales, mostrando los procesos, la experimentación y sus avances en directo”, recuerda Vargas.


Su proyecto más fascinante es Circadian Hack, que propone la aplicación -por el momento en domótica e interiorismo- de unas algas luminescentes, denominadas Pyrocystis Lunula, que se encuentran en los mares de su Puerto Rico natal. 
Tras superar una pequeña odisea para traer dichas algas a Barcelona y conseguir no sólo que sobrevivieran, sino que se estabilizaran y reprodujeran, Vargas tuvo que superar el problema de activarlas, ya que en su habitat natural se iluminan naturalmente cuando alguien nadando agita las aguas. Vargas aisló las vibraciones capaces de desencadenar elproceso luminoso, de modo que por ejemplo se puede poner una colonia de algas en una lámparas o en un recorrido marcado en el suelo, para que se ‘enciendan’ con las vibraciones de los pasos del usuario acercándose. 
“Nuestro enfoque, lúdico e investigador, fomenta la experimentación y por lo tanto las iteraciones y fracasos, que necesariamente la acompañan. Estamos firmemente convencidos de que la toma de riesgos es la única manera de crear algo excepcional, innovador y pertinente, que contribuya de manera significativa a la sociedad”, aseguraVargas.


"Electric ants BCN" de Martin Lukac del Master en Interacción Avanzada.

“Es particularmente interesante cuando las investigaciones atañen sujetos no humanos, como el aprovechamiento por parte de Vargas de las propiedades bio luminiscentes de algunos organismos marinos o del comportamiento que tienen las hormigas ante los campos electromagnéticos del proyecto de Martin Lukac”, añadeGómez , conocido por ser uno de los miembros fundadores de La Orquestra del Caos, que dejó hace menos de un año para dedicarse enteramente a la docencia y a proyectos personales, centrados en la interacción sonora.
Además de construir un brazo robótico, el eslovaco Martin Lukac presentó Electric ants BCN, un proyecto basado en un entorno pensado para las colonias de hormigas que reaccionan a los campos eléctricos, capaz no sólo de detectar su actividad, sino que permite influir en su comportamiento modificando la intensidad del campo eléctrico.



“Otro tema muy interesante que trabajamos en el Máster, tiene que ver con los sistemas adaptados de transmisión de información, en el que planteo como ejemplo e inspiración los Numbers Stations, que emitían durante la guerra fría”, indica Gómez, aludiendo a las “emisoras de números”, unas emisoras de radio de onda corta de origen y comedido incierto, que en general transmiten voces leyendo incomprensibles listados de números y palabras.

En este sentido resulta especialmente atractivo el trabajo de la egipcia Moushira Elamrawy, que plantea un diseño textil que al mismo tiempo es un sensor electromagnético, o sea una antena con todas las prerrogativas que esto implica.

También es vinculado con el sonido el proyecto de Gerda Antanaityte Deaf drop, que consiste en un aparato capaz de detectar los sonidos de la ciudad, que el oído humano no puede percibir. El proyecto tiene también una vertiente site specific, ya que utiliza las antiguas chimeneas industriales del Poblenou como antena metafóricas y literales para retransmitir estos sonidos inaudibles.

 Antes de crear su prototipo Habib hackeóun sensor para monitorar las ondas cerebrales y lo conectó a una placa Arduino para visualizar como se iban generando los datos. Sin embargo, finalmente no fue el sensor de ondas cerebrales que se encargó de proporcionar los inputs a Sonic Water, sino un sensor de proximidad.
“A veces nos limitamos a pensar que el diseño de la interacción significa inventar nuevas tecnologías para nuevos interfaces, sin embargo no hay que olvidar que con una simple observación de la naturaleza, de lo que ya existe, podemos encontrar solucionessorprendentemente eficaces para la gente y otras especies”, concluye Gómez, antes de citar uno de sus autores de cabecera Alejo Carpentier en Los pasos perdidos, 
“Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado un día los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro, que todo caracol manchado era, desde siempre, un poema”.

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