jueves, 6 de junio de 2013

Las 15 mejores rutas para conocer Álava en bici

i fuéramos panteístas, la ‘Guía de Paseos en bicicleta por la red de itinerarios verdes de Álava’, publicada por la Diputación alavesa y La Caixa, sería nuestro catecismo.
Una pequeña biblia para encontrar y disfrutar de los lugares donde la divinidad se manifiesta. La belleza natural, diversa y paisajística de Álava se muestra de una manera ordenada, alcanzable y fácil. Es el tesoro, y esta guía es su mapa. Una hoja de ruta que nos va llevando por los montes, los pueblos, los ríos, los valles, los humedales, los bosques, las iglesias, los rincones ocultos. Hay un matiz importante: es para bicicleteros, pero los senderistas encuentran aquí un perfecto resumen de lo que está al alcance de unas buenas botas y una mochila. A través de 178 páginas la publicación nos conduce a 15 paseos diferentes.
No están los 1.000 kilómetros de itinerarios que conforman la red de rutas verdes con los que cuenta el territorio. La guía se ciñe a 312, un tercio del total, pero puede decirse que están los caminos que más van a hacer disfrutar a los excursionistas y ciclistas. Gran culpa del atractivo de esta guía la tienen las fotografías. David Quintas sabe escrutar los secretos del paisaje, los regalos de la naturaleza. Tiene mirada de viejo explorador capaz de asombrarse de un atardecer en el pantano, del cortejo del somormujo, de la niebla abrazada a un puente, de la exuberancia de un bosque isla o de la soberbia castigada de un linaje histórico.
La guía mejora la que ya se realizó hace ocho años. Se ha renovado el material gráfico, pero también los perfiles del recorrido, el mapa de situación, los puntos de interés, el itinerario paso a paso, la ficha técnica y la selección del ‘no te puedes perder’ con un amplio anecdotario.

Naturaleza excepcional
Álava es un territorio que atesora una excepcional riqueza natural. Cerca de un 27% de su geografía está integrada en la Red Ecológica Europea Natura 2000, y más de un 50% alberga paisajes singulares o sobresalientes y espacios vitales para la conexión biológica regional. Tejiendo ese sistema natural de corredores, espacios y paisajes relevantes discurre la Red de Itinerarios Verdes.
El nuevo folleto te conduce por la Vuelta Perimetral al embalse de Ullíbarri-Gamboa, un paseo de 45 kilómetros por el pantano, que ha cumplido 55 años y que en este tiempo ha transformado el valle en un potente humedal donde la vida se presenta en mil formas diferentes. Bosques, playas, zonas pantanosas, antiguos pueblos abandonados, ensenadas, lomas, praderas y la eterna lámina de agua, hacen del itinerario una vivencia única.
La vía verde del ferrocarril Vasco-Navarro desde Vitoria al puerto de Arlabán permite pedalear por paisajes únicos del Norte alavés, mientras que la continuación por la vieja plataforma ferroviaria desde Vitoria a Laminoria muestra la otra cara de la rica naturaleza alavesa. Existe una conexión a través del puerto de Laminoria con la cara sur de los montes de Iturrieta, pero la guía ha preferido cortar la senda e iniciar otra desde la ermita de Santo Toribio hasta Acedo, ya en Navarra, siguiendo el tendido del ‘trenico’.
Seguramente el entorno de Antoñana, el parque de Izki y el río Berrón forman uno de los mejores paisajes del País Vasco. En cualquier estación del año, hay que pararse y disfrutar de los bosques mixtos. No sabrás si estás en el Mediterráneo o en el Atlántico y se disfruta de los dos a la vez.
La quinta ruta, la del Valle Salado, es otra oportunidad de adentrarse en un paisaje diferente. Un yacimiento de sal, que permitió construir la primera villa vasca (1114) y el único lago interior natural del País Vasco, el de CaicedoArreo. El sexto paseo nos devuelve al paisaje de frontera ciudad-campo que se ha diseñado en el Anillo Verde de Vitoria. 30 kilómetros de sorpresas entre bosques, paseos urbanos y humedales. Otro río, el Ayuda, es el protagonista de la ruta por el desfiladero de Okina. En este caso, el itinerario se alarga al comenzar en Andollu coincidiendo con el GR-38 y acabando en Albaina.

Hasta la cima
Otro de los recorridos nos conduce desde el parketxe de Sarria a disfrutar a través del río Baias el corazón del Gorbea y el hayedo de Altube. El menor de los parques alaveses, Valderejo, es el objetivo de otro trayecto que incluye el desfiladero del río Purón desde Lalastra. Nunca defrauda este espacio que aún conserva la huella del hombre que lo domesticó hasta los años 60.
En Álava no hay dos parques naturales iguales y visitar Izki es la mejor demostración, donde reina un roble peculiar: el Quercus pyrenaica o marojo, con miles de hectáreas de mancha verde.
Otro clásico es el recorrido por los Montes de Vitoria por la antigua ruta empedrada de arrieros que venía desde La Rioja. La Colada de Peña Betoño nos introduce en los viejos caminos del bosque y uno especial, el que se utilizaba para transportar en carretas desde el pueblo treviñés de Ajarte las piedras que hoy sustentan la catedral de Santa María de Vitoria.

Nuevos caminos
La ruta circular por la Montaña Alavesa nos conduce por algunos de los rincones más desconocidos y hermosos del territorio: el barranco de Igoroin, los Montes de Iturieta o el Valle de Arana. También sorprendente por lo que tiene de extraño en un mar de viñedos, las lagunas de Laguardia forman una singular peculiaridad que se ha convertido en biotopo protegido. En este grupo figura por derecho propio el Camino Real de las Postas, uno de los nuevos itinerarios. En sus orígenes fue una calzada empedrada utilizada en el siglo XV por los correos y las diligencias reales entre Madrid y Francia.
Recorre las localidades de Arbulo, Mendixur, Audikana, Heredia, Luzuriaga y Galarreta. Son 30 kilómetros con los paisajes de la Llanada como imagen persistente y el Zadorra como compañero. De nuevo, otro río, el antxaaNervión, nos sirve de guía para recorrer los 8 kilómetros entre Llodio, Luyando y Amurrio.

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