De esta manera se puede identificar el origen de cualquier copia pirata.
Los escritores y editores están preocupados por la facilidad de copia de un ebook.
Gracias al auge de los smartphones y las tablets, así comolos propios ereaders, las ventas de ebooks aumentan año tras año, aunque a un ritmo más lento de lo esperado.
La crisis económica también están ayudando, pues un ebook vale más barato que el mismo libro en papel. Casi todas las librerías digitales venden sus ebooks con algún tipo deDRM (protección anticopia), ya sea un sistema propio como el de Amazon Kindle, o el más extendido de Adobe. Sin embargo, todos ellos se pueden eliminar en cuestión de segundos, permitiendo la copia indiscriminada del ebook. De hecho, la facilidad para difundir los libros digitales preocupa a editores y escritores, y es el mayor freno al aumento en la cantidad de títulos disponibles.
La universidad Darmstadt, en Alemania, ha puesto en marcha el proyecto SiDiM, con el apoyo financiero del propio gobierno alemán. Su objetivo es buscar nuevos sistemas DRM(Gestión de Derechos Digitales) que permitan combatir más eficazmente la piratería.
La universidad Darmstadt, en Alemania, ha puesto en marcha el proyecto SiDiM, con el apoyo financiero del propio gobierno alemán. Su objetivo es buscar nuevos sistemas DRM(Gestión de Derechos Digitales) que permitan combatir más eficazmente la piratería.
Y lo han encontrado, pero con polémica. Su propuesta consiste en añadir watermarks únicas a cada ebook vendido. Estas marcas de agua consistirán en un ligero cambio en la puntuación de una frase, o la alteración de una palabra. Por ejemplo, en un lugar concreto,sustituir "perro" por "chucho". Con este sistema DRM, si un ebook se distribuye ilegalmente basta con buscar su marca de agua única y así se puede localizar al dueño del ebook que lo ha distribuido.
Es un sistema polémico porque a los escritores les costará aceptar que un software cambie la puntuación o las palabras de sus escritos sin que ellos tengan control sobre esos cambios. Además no resulta difícil diseñar un software que compare dos ebooks e identifique los cambios, para localizar y anular esas watermarks. No obstante, si se trata de marcas invisibles, como un espacio en blanco o un salto de página de más, la detección podría ser muy complicada.
La lucha entre los que quieren proteger sus derechos y los que apuestan por la distribución libre continúa.
Es un sistema polémico porque a los escritores les costará aceptar que un software cambie la puntuación o las palabras de sus escritos sin que ellos tengan control sobre esos cambios. Además no resulta difícil diseñar un software que compare dos ebooks e identifique los cambios, para localizar y anular esas watermarks. No obstante, si se trata de marcas invisibles, como un espacio en blanco o un salto de página de más, la detección podría ser muy complicada.
La lucha entre los que quieren proteger sus derechos y los que apuestan por la distribución libre continúa.
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