domingo, 30 de junio de 2013
Google y el Derecho al Tocino
Esta semana hemos sido víctimas de un bombardeo de noticias sobre Google, concretamente respecto al tema del Derecho al Olvido en Internet para los más despistados, este derecho es "la capacidad de una persona para borrar de Internet información irrelevante sobre sí misma y preservar de este modo su privacidad".
Resulta que el tribunal de justicia ha dado la razón a Google, y básicamente aclara que el buscador no tendrá que borrar datos a petición del usuario. Ya está, ya la hemos liado. Ahora será imposible borrar nuestro vergonzoso pasado, reflejado con todos los detalles en Facebook, Youtube y el temido Fotolog... Por mucho que borremos, siempre quedará rastro.
Nos será más difícil, sobre todo a los más jóvenes, controlar toda nuestra reputación de Internet. Pero nos lo merecemos, cada día vamos regalando información y datos como si fueran chuches. Siempre marcamos la casilla de "Acepto los términos y condiciones", a ciegas. Luego que nos quedamos sin derechos.
Por culpa (o gracias) a Google estamos viviendo una especie de Show de Truman mundial. Saben cómo somos, qué nos gusta, qué compramos, dónde vivimos, si estamos enamorados, con quién nos relacionamos o por dónde nos movemos. ¿Da miedo verdad? Mucho. Pero en nuestras manos está saber usar este poder para prácticas beneficiosas y no caer en el lado oscuro.
Un ejemplo de práctica beneficiosa es la velocidad con la que Google puede detectar epidemias, más rápidamente que cualquier organización o institución sanitaria. Solo hay que fijarse en si hay un aumento de la búsqueda de determinados síntomas en una zona. Si de pronto en Albacete (por decir una ciudad), comienzan a detectarse un gran número de búsquedas sobre como aliviar el dolor de cabeza y la fiebre, es muy probable que esté brotando algún tipo de gripe.
Ese es un ejemplo del lado bueno, pero Google y en sí Internet nos dejan muchas dudas en cuanto a otras prácticas que seguramente desconozcamos. Volviendo al tema delDerecho al Olvido, este hecho demuestra que cada vez es más difícil borrar datos de Internet. La velocidad con la que se copia y se transmite información es tan rápida que es imposible de eliminar, incluso para un Gobierno.
Todo esto me recuerda a un capítulo de Black Mirror, serie imprescindible de ver si te inquieta el tema de la tecnología y el futuro. Titulado "El Himno Nacional", describe como el primer ministro es obligado a tener relaciones sexuales con un cerdo en vivo, para poder liberar a la princesa que acababa de ser secuestrada.
El vídeo del secuestrador pidiendo este "indecente" rescate se extiende rápidamente por la red, se copia y se vuelve a subir, sin que nadie pueda eliminarlo. Pronto el primer ministro (podéis imaginarlo como si fuera en España, es más divertido), se ve obligado a elegir entre ser el enemigo nacional (porque todo el mundo le odiará si matan a la querida princesa) o ser el hazme reír durante el resto de su vida.
Total, un drama, al final le tocó hacer la "cochinada" ante todo el mundo, en vivo y en directo. Todo por el país, que bonito por dios. Y si esto pasara de verdad, sin el Derecho al Olvido, el pobre ministro o la pobre cerda no tendrían derecho a que todos estos archivos sean borrados. Esperemos que ningún loco nos ponga en esta tesitura.
Y como si de una fábula de animales y humanos se tratara, todo esto nos enseña que más vale que cuidemos nuestras identidades y todo lo que subimos a Internet. Porque igual algún día desaparecen todos nuestros Derechos y solo nos queda el Derecho al Tocino, como al pobre ministro de Black Mirror.
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